Espacio de intercambio entre los participantes a la Tutoría en creación literaria de textos dirigidos a los niños, que imparte Mónica Brozon en el Centro de las Artes de Guanajuato
martes, 26 de mayo de 2009
Niños y no tan niños
Reciban una cordial bienvenida a este espacio de intercambio de experiencias dentros del quehacer literario dirigido a niños y no tan niños
Un ejemplo del trabajo de Mónica, que me parece genial la forma de describir el dinero y el trabajo desde la perspectiva de un niño, es de su libro CASI MEDIO AÑO. Disfrútenlo... Había uno que le decían el Flaco porque así era: se le traspasaban todas las costillas y las clavículas. Tenía una lancha que les prestaba a los gringos para esquiar a cambio de dólares, que es el dinero que usan los gringos y cuesta más dinero que el dinero que usamos acá. Y le iba muy bien, porque a los gringos les gusta esquiar pero casi nunca saben cómo; el Flaco cobraba la lancha por hora y los gringos gastaban muchas horas para aprender a esquiar entonces terminaban pagándole muchos dólares. Yo lo acompañaba y me iba en la parte de atrás de la lancha, para vigilar al gringo y avisarle al Flaco cada vez que se caía, para rescatarlo. Como recompensa, el Flaco me enseñó a esquiar, y como no soy gringo, aprendí muy rápido y muy bien.
Gracias por la bienvenida. Un saludo desde la ventana cómplice de las ciber-travesuras.
ResponderEliminarHola a todos y bien benidos a este espacio
ResponderEliminarQue genial esta esto, Hola a todos!
ResponderEliminarUn ejemplo del trabajo de Mónica, que me parece genial la forma de describir el dinero y el trabajo desde la perspectiva de un niño, es de su libro CASI MEDIO AÑO. Disfrútenlo... Había uno que le decían el Flaco porque así era: se le traspasaban todas las costillas y las clavículas. Tenía una lancha que les prestaba a los gringos para esquiar a cambio de dólares, que es el dinero que usan los gringos y cuesta más dinero que el dinero que usamos acá. Y le iba muy bien, porque a los gringos les gusta esquiar pero casi nunca saben cómo; el Flaco cobraba la lancha por hora y los gringos gastaban muchas horas para aprender a esquiar entonces terminaban pagándole muchos dólares. Yo lo acompañaba y me iba en la parte de atrás de la lancha, para vigilar al gringo y avisarle al Flaco cada vez que se caía, para rescatarlo. Como recompensa, el Flaco me enseñó a esquiar, y como no soy gringo, aprendí muy rápido y muy bien.
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